top of page

Lo que no te han contado sobre la procrastinación

ree

Nos han dicho mil veces que procrastinar es pereza, falta de disciplina o una simple “mala gestión del tiempo”.

 

Pero la verdad es que procrastinar poco tiene que ver con la fuerza de voluntad.

 

Es mucho más profundo.

 

Es la punta del iceberg de un condicionamiento aprendido en nuestra infancia.

 

De pequeños, todos necesitábamos lo mismo: afecto, validación, una mirada que nos dijera “estás bien como eres”.

 

Cuando hacíamos algo bien, si alguien nos reconocía con alegría, nuestro sistema aprendía a asociar el logro con amor y conexión.

 

Pero si crecimos en un entorno donde no hubo validación por hacer las cosas bien —donde el amor llegaba solo cuando estábamos mal, enfermos o tristes— grabamos otro mensaje inconsciente:

 

"Para recibir atención, debo estar mal."

 

Y así, sin darnos cuenta, desarrollamos un mecanismo que sigue activo en la vida adulta: boicotearnos, mantenernos en carencia, sabotear nuestros propios planes… porque así, aunque sea a través del castigo o la crítica, seguimos sintiendo la familiaridad de la atención.

 

Es un ciclo perverso, pero cuando estamos en supervivencia, somos capaces de todo: de destruirnos a nosotros mismos y también de hacer daño a los demás para no sentirnos invisibles.

 

 

 Ejemplos cotidianos de este mecanismo invisible:

 

Tienes un proyecto que te ilusiona profundamente, pero lo dejas para mañana una y otra vez. Cuando llega la fecha límite, entras en pánico, trasnochas para terminarlo y te castigas pensando:

 

“Soy un desastre, siempre igual.” Quizá alguien a tu alrededor te dice: “¿Por qué te dejas todo para el final? Deberías organizarte mejor.” Y aunque su tono sea crítico, ahí está la atención que tu sistema reconoce.

 

Tu pareja te pide que organices un viaje o que llames a un fontanero. Lo vas posponiendo hasta que la situación se complica y estalla en una discusión. De repente, hay conexión… aunque sea a través del conflicto.

 

Sabes que te haría bien salir a caminar o comer más saludable, pero eliges quedarte en el sofá comiendo ultraprocesados. Más tarde, una voz interna te dice:

“Nunca cambiarás.” Es una atención disfrazada de auto-castigo.

 

En el trabajo, dejas que se acumulen las tareas hasta que un compañero o jefe interviene molesto. Por dentro, sientes vergüenza, pero también un eco familiar:

 

“Ahora me ven. Ahora existo.”

 

En todos estos casos, aparece un patrón: buscamos inconscientemente una forma de ser vistos desde el malestar. La herida infantil sigue esperando que alguien nos cuide… y no sabemos aún cómo recibir afecto desde la calma, la alegría o el éxito.

 

 Romper el ciclo: la revolución empieza en ti

 

Para salir de este mecanismo necesitas hacer algo que puede resultarte extraño al principio: validarte cuando haces las cosas bien.

No esperes a que los demás lo hagan.

Habla contigo como hablarías con un niño al que quieres enseñar que merece amor, no castigo.

Celebra cada avance, aunque sea pequeño: ordenar tu escritorio, enviar ese correo pendiente, salir a caminar 10 minutos…

 

Cada vez que notes que pospones algo importante, hazte esta pregunta:

 

"¿Estoy evitando la acción… o estoy buscando atención desde el malestar?"

 

Reconocerlo es un primer paso poderoso. La siguiente fase es enseñarle a tu sistema nervioso que ya no necesitas estar mal para ser visto. Puedes recibir afecto desde un lugar sano y expansivo.

 

Empieza hoy con este pequeño reto:

 

 Elige una tarea pequeña que has estado postergando. Hazla sin pensar demasiado.

 Cuando la termines, tómate 30 segundos para agradecerte a ti mismo y reconocer que lo has hecho.

 Siente esa sensación en tu cuerpo y guarda la memoria emocional de estar bien haciendo las cosas bien.

 

Paso a paso, podrás reprogramar el viejo patrón. Y poco a poco descubrirás que no tienes que destruirte para merecer atención… puedes construirte para recibir amor. 


Si quieres profundizar en esto solo tienes que reservar una cita


Sesión de terapia virtual
60
Reservar ahora


  

 
 
 

Comentarios


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page